3.31.2005

Embriagaos

Hay que estar siempre ebrio. Nada más; esa es toda la cuestión.
Para no sentir el peso horrible del tiempo, que os quiebra la espalda y
que os inclina hacia el suelo, teneís que embriagaros sin parar.

¿De qué? De vino, de poesía o de virtud, como queráis. Pero embriagaos.

Y si alguna vez, en las escaleras de un palacio, en la verde hierba de una zanja, en la soledad sombría de vuestro cuarto, os despertáis, porque ha disminuido o desaparecido vuestra embriaguez, preguntad al viento, a las olas, a las estrellas, a los pájaros, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que gira, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle que hora es, y el viento, las olas, las estrellas, los pájaros, el reloj, os contestarán: ¨¡Es la hora de embriagarse!¨. Para no ser los esclavos martirizados del tiempo, embriagaos; embriagaos sin cesar.
De vino, de poesía o de virtud, como queráis.

-Baudelaire-

Con el respeto que deben merecernos los grandes poetas, considero que debo seguir al pie de la letra el consejo de el Sr. Baudelaire...le tendré miedo a la cruda.

1 comentario:

meeerol dijo...

La cruda es la herramienta que utiliza Dios para avisarnos que ya ha amanecido...saluuuuuuuuuud!!!