el viernes pasado me dirigía a tomar un café a eso de las 2 de la tarde (ya lo se, muy temprano, pero que le voy a hacer, soy adicta al café) cuando repentinamente mi acompañante y yo vimos a un ser pequeñito e indefenso tirado en la cinta asfáltica, medio maltrecho y húmedo.
No habían pasado ni 15 segundos de que nos habíamos dado cuenta de su presencia, cuando fuimos testigos de como el neumático de un auto le pasó por encima de su ya maltrecho cuerpecito. Acto seguido no pude más que quedarme mirando como el auto se alejaba y correr inmediatamente en su auxilio, lo tomé entre mis brazos (bueno la verdad es que no fue entre mis brazos, fue con la mano con la que agarré su bracito, porque la neta es que olía medio mal y estaba muy mojado).
Posteriormente lo llevé conmigo al café, lo senté sobre una silla y lo miré detenidamente. Debo confesar que me cautivo desde la primera vez que lo ví, y al verlo ya con más calma se robó mi corazón, por lo que decidí no dejarlo ahí rodar a su suerte y llevarmelo.
El pequeñito se encuentra ahora en terapias de recuperación, he debido dejarlo algunos días en agua con jabón para que recupere su limpieza original, posteriormente lo someteré a un proceso exhaustivo de lavado, y ya después de todo esto creo que estará en condiciones de ser fotografiado para su presentación en sociedad.
Por lo que les pido que mientras piensen en un nombre para el pobre osito con naríz de botón que me encontré el viernes mientras caminaba hacia el café...
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4 comentarios:
mmmmmmm que se llame teo.
no no no mejor que se llame Quentin
fui yo???
llamame oli, de oliverio girondo.
podria llamarse mushi
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